En apariencia, la jornada parecía idéntica a otras: familias llegando al colegio; abuelos, abuelas, niños, niñas; ruido de coches; trinar de pájaros... Sin embargo, algo nuevo se respiraba en el ambiente:
"¡Me han dicho que hay un "rocódromo"! - Exclamaban muchos de los alumnos en la fila -
"¿Rocódromo? ¿Eso qué es?" - Se preguntaban otros -
Incluso algunos, mientras los demás "hacían la fila", se atrevían de manera fugaz a echar un vistazo a las nuevas instalaciones del centro.
Al final de la jornada podemos afirmar con rotundidad que tanto alumnos como profesores y familias hemos vivido hoy con ilusión el primer día de escalada escolar.
¡Qué "cole" tan maravilloso el nuestro!